Renacer, como recordar, es volver a vivir, como el dios sol que renace contigo al amanecer, pasa con todas las historias que se vuelven épicas a raíz de su exposición a la muerte, renacer como mito que deja lo humano para congraciarse con lo heroico y al borde de lo divino. Renace la vida constantemente, es la victoria de lo positivo, victoria de fuerza y carácter que permite tomar distancia de lo intrascendente por lo superior, la nobleza de la materia y del espíritu que nos obliga a ser diferentes en un mundo narcotizado por el deterioro de lo bueno de mucho valor, que de repente desaparece ante nuestros sentidos para ser sustituido con audacia y astucia pero con poca inteligencia, estropicios para degradar los sentidos como si un esnob vaya a llenar el vacío de los sentidos, alma y corazón cultivado desde siempre por quien nos dio vida.
Este introito para decir que la muerte de la ardillita Chip la vemos con los ojos de razón, derecho y conciencia, que vive en la memoria genética de sus hijos que renacen en nuestro añorado Miraflores, que hoy vive el espíritu verde de Chip en los brazos de la hembra que acuna los derechos de la vida silvestre.
Según la Universidad de Alberta (Canadá), las ardillas recogen crías huérfanas en un acto considerado altruista y único en la especie.
Es el caso que, como jugando, te vas llenando de simpatía por los pequeños seres que te acompañan ya habitualmente, que nunca te harán daño, son los herederos de Chip que revolotean jugando en su pequeño mundo de los árboles frutales de su casa.
Es así como renace el espíritu de un corazón valiente, Braveheart de la historia, William Wallace, que me hace traer a la mente al solitario personaje rebelde, que tiene que morir para galvanizar a la élite de su raza noble de la escocia de su tiempo, en el rechazo de un "piernas largas" inglés, Longshanks Eduardo I, para ser independientes enseñándoles el trasero.
"That's the best and clever hilariuos way of sayin' f*ck you to the inept bureaucracy of Miraflores"
Parece que así se maceran las cosas históricas, como dijera alguna vez Friedrich Nietzsche, "cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza", tan bien interpretado por Mel Gibson con un agónico y visceral grito de ¡¡Libertad!!
Oigan... Por siaca, no es la "Libertad" movimiento de Mario Vargas Llosa, ni la de Cateriano, es la que nos dio el santo de la espada en 1821 y que no la sabemos usar hasta ahora.
Maristas fraternos: ¿Tenemos candidato con "piernas cortas" para que no corra ni uñas largas para que no robe?
¡Ah! Antes que me olvide: En el quincuagésimo cuarto aniversario, felicidad y bon appetit en el Hou Wha, Promoción 28.