Un hermoso yate, el Arkadia –en alusión a una región de Grecia–, venido de Bal Harbour FL, elegante, exclusivo y hoy renovado barrio que cruza la tradicional Collins Avenue desde la punta de la Florida, embarcación de propiedad de nuestro capitán de empresa de indiscutido éxito, Jorge Mufarech Nemi, "Coco" para sus íntimos, nos sirvió de marco y motivación para renovar el fuego de la fraternidad Marista cultivada desde hace ya más de medio, añoso medio siglo, que fuera atizada esta como otras veces por la generosa invitación de nuestro anfitrión y señora, en un lindo día de verano en la soleada bahía de Santa María del Mar.
Por eso es que les digo que el Arkadia se volvió y se engalanó Marista para recibirnos, con la alegría del reencuentro, más ahora que nunca que, teñidos de canas, enfrentamos la vida secundados afortunadamente en su gran mayoría por sus medias naranjas, pasando por alto los achaques de los años con una sonrisa nada hipócrita en los labios por el saber del deber cumplido; con los ojos encendidos, luminosos como ante la candidez de niños que fuimos y de la que hoy representan los nietos que avisoran un luminoso y mágico futuro que intuimos y construimos para ellos, aun sabiendo que ya no lo veremos. Esa es la esencia de los valores irrenunciables, nuestro tesoro más preciado, que nos dieron nuestros padres y maestros y que podemos entregar incólumes, en medio de la borrasca de un mar de iniquidades que nos rodean, de toda índole y que presagian hoy como ayer oscuros momentos de zozobra que sabremos superar para nuestra querida patria.
Atendiendo a esto es que para mí, como seguramente para cada uno de ustedes, en contubernio con el recuerdo de sus más cercanos e íntimos condiscípulos, sentimos auténtica alegría, añoranza y legítima nostalgia al poder reencontrarnos y recordarlos como en el primer día del primarioso Champagnat hasta el quinto de media (como es en mi caso), en la mesa presidida por nuestro anfitrión, con Wolfgang Freitag Vieland como si fuera ayer, recordado con su cabecita rubia, "cabecita de oro" que brillaba al sol del patio sobre las demás; el club exclusivo de "chatos" con el recordado (que ya no está con nosotros) "Pelusita" Pérez Egaña; "Tacachito" Aníbal Cairo Cairo; "El Chato" Enrique Gambetta Flores; Carlos Modenesi Cobian; el "Chino" Carlos Reinoso Monge; el "Cabezón Parodi", Jorge Parodi Duarthe que, inseparables, siempre paraban juntos.
De igual manera, cómo no hacer recuerdo en la persona de Ricardo Madge Lanfranco, a los marinos César Kroll Broggi, Enrique Gambetta Flores y "Calulo" Carlos Arrieta Parodi… y en la persona de Esteban Zimic Escurra, de "Papi" Víctor Vargas Valcárcel, a los deportistas de la moto y del motocross de los sesenta, prosaicos y duchos automovilistas como Luis Hernán del Solar Santa Cruz y Julio Guerra Chomón, los siempre cumplidos, Javier Cáceres Sayán, Fernando Talleri Pinillos, Leonello Casaretto Gandolfo "No hay quinto malo", y nuestro inolvidable "Cachito" Fernando Zender Urbina, siempre presente entre nosotros.
Solo para referirme a los sentados y representados en la cubierta de popa y que son de la "A" que, hermanados con uno de nuestros presidentes vitalicios de la "B", aparte del atareado y meticuloso Juan Thorton Maticorena, el "Cabezón" Rolando Macher Batanero, no solo abanderado de la escolta, sino de los Ingenieros Yolvi Senno Salazar, Alfredo Noriega Cornejo, Oscar Ballón Vargas, fundadores de la Cofradía, desde cachimbos de la UNI, en el Café 21 de la avenidas Pardo; mención aparte al Ingeniero de minas Pedro "Pedrito" Miranda Velásquez, alquimista de buena cepa, de un inmejorable Pisco de producción propia con su nombre, al que me comprometo hacerle conocer los efluvios del "Brandy del Perú", como se le conocía desde 1616 al brandy que se tomaba en el palacio de Buckingham, de las tierra de mis ancestros, y al Doctor Walter Marrou Pajuelo, también past president, que siempre nos hace dejar al miedo con la boca abierta y completar la cuádruple de past presidents recordando a "Santiguito" y su música, Santiago Silva Tirado tocando lángida y solitariamente, su trompeta sonora, por los corredores de nuestro colegio, el de Mártir Olaya, que muchos de nosotros hubiéramos querido sea el local de la Universidad Marista, de las "Ciencias, Artes y Letras" de nuestro Himno Marista
Para coronar con broche de oro tan dichosa estadía juntos, fuimos agasajados con las “delicatés” árabes que yo, como buen aprendiz القصر (al-Qaṣr), árabe, probé un poquito de todo: Hummus, Kibbe, Cuscús, Fulafel, Magluba, Doner y de postre Baklana. Y si quieren saber de qué se trata entren a Google, o mejor, cásense con una árabe como la que “ombliguea” a continuación y saldrán ganando, por mi parte, de sus efectos afrodisiacos del arte culinario arábico, que me reservo de contárselos en la comida del 27 en el Regatas.
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