Cada vez que pienso qué puede estar pasando con el concepto de Patria, se me vienen a la mente ideas e ideales que desde niños recibimos de la calidad materna sobre qué es y debe ser la patria, y de la gesta heroica de ser padre con los genes dispuestos a luchar por ella.
Hoy, enfrentamos una realidad contrastante, fundamentalmente por la ausencia de auténtica élite que tenga calidad de valores superiores, pues como sabemos por experiencia, la calidad no puede ser democrática, y no reconocerlo es la más grande hipocresía de nuestra historia. Cumplida la base seis, gran mayoría de la Promo nos acerca a los sesenta y tres años de Bolognesi en el Morro, que juglares y ad-lateres siempre pintaron como un viejo Coronel que se inmoló para pasar a la historia. Yo les pregunto, cumplidos los sesenta bien vividos, si nuestra generación podría producir génesis heroica equivalente, porque no hay que ser chauvinista para preguntarse, qué hemos hecho para sentirnos herederos de nuestra tierra. Si no, hagamos un simple ejercicio en medio de la guerra económica contemporánea que vivimos: ¿Seríamos capaces de ser consecuentes con lo nuestro? En esta sociedad consumista donde por Constitución Política somos una economía de mercado, donde las leyes del mercado mandan con el apoyo de traidores a su propia clase, ¿somos capaces de tener un patrón de consumo propio? Quienes son nuestros líderes de opinión que mantengan la fuerza de la primera y segunda mayoría de la demanda, dejando la cola de los rezagados para los que se vayan integrando a una sociedad sana, con liderazgo conservador, donde lo revolucionario sea conservar lo que vale, lo propio, la herencia de valores de padres a hijos y a los hijos de los hijos, los nietecitos que tanto nos enternecen por un momento, la continuidad del tiempo a la eternidad.
Así que siendo más pedestres, como son los hechos simples y pragmáticos de la oferta y demanda, analicemos:
Si viajamos aéreo, ¿contribuimos a ser patria, por Lan o tal vez Taca? Si el viaje es terrestre, ¿recalamos en los grifos de la española Repsol o en la chilena de Primax? Porque, ¿dónde, pero dónde queda el más cercano grifo de Petroperú? Si queremos comunicarnos y ser modernos en cuerpo y alma por la Internet, estamos vendidos por un Snowden a la CIA y servicios de inteligencia de cualquier pelaje, hoy lo hacemos por Telefónica, Claro, Nextel, o cualquier otro comerciante de la intimidad y de las conciencias, y no lo digo yo, lego en los espionajes, pregúntenle a la señora Merkel lo enronchada que se encuentra Alemania con este capital asunto.
Y si queremos simplemente enfermarnos por esta u otra situación, ¿hay que comprar medicinas en las chilenas boticas Fasa y la desvergonzada Incafarma? ¿Quiénes festejan alharaquientamente las fiestas Julias con banderita peruana incorporada? Es la política de marketing de la chilena Cencosud con Corso de Wong y Metro incluido que promueve y patrocina el municipio de la "ciudad heroica de Miraflores". O su competencia, Saga Falabella/Tottus y Ripley con sus respectivos bancos asociados y su parafernalia de tarjetas de crédito consumistas que desquician las posibilidades de ahorro inteligente aprovechando la masificación consumista de la ignorancia y los apetitos primarios de la aglomeración desordenada en las ciudades, subcultura que se vuelve chicha por necesidad ante la ausencia de Liderazgo innovador.
Y para simplemente refrescarnos, ahora tenemos que recurrir a los anglosudafricanos de Cristal, Pilsen y Cuzqueña, regionalmente a los belga-brasileños de Ambev, o de repente una Corona fabricada en Chile, y si somos exquisitos una italiana Peroni de la empresa sudafricana, y ahora resulta que para sentirnos peruanos ¡tendremos que recurrir a la artesanía empresarial de la folclórica y emprendedora Abencia! Y de consuelo en el chifa, seguramente la bebida de sabor nacional Inkacola cuyo 60% se fabrica en Chile y es de la Cocacola.
Si nos quisiéramos refrescar con un Buen Humor D’onofrio de antaño ya no existe, y un "chancacón" de chocolate Sublime se han convertido en refinado y esmirriado producto suizo de la Nestlé. Si nos bañamos es con Lux o Rexona, que son de la Unilever angloholandesa; para vestirnos en el peor de los casos es con ropaje de Ripley.
Este es a grandes rasgos el patrón de consumo sin identidad que defina a los Líderes propios de opinión de la reclamada élite que conforme la conciencia nacional.
Si esto pasa con los bienes de consumo que en mucho de los casos son verdades de Perogrullo por lo común y notorio que aparecen, otro tanto ocurre con los bienes intermedios que son insumos de nuestra endémica industrialización que aparece y desaparece por los mercantilistas disfrazados de industriales cuando se cumplen los ciclos económicos en el mundo de la bonanza de las materias primas a la industrialización como la salvación que nunca llega. Y los bienes de capital nunca alcanzan a tener significación propia mediante una especialización inteligente, Puro jarabe de lengua para engañar al vulgo y mirar al frente para ir a disfrutar en los paraísos turísticos antes que llegue la "pelona".
¿Qué ricos tipos, no? Criollazos y pendejeretes, que se alegran de sacarle la vuelta a la vida, que como consuelo tienen tan solo que hacer fiesta cuando uno de sus hijos consigue colocarse como ejecutivo en una trasnacional.
Qué lejos del Bolognesi que no sólo se sacrificó él, sino a sus dos hijos en el campo del honor de la juventud que fue nuestro querido Miraflores, que quieren hoy convertirlo traficantes disfrazados de alcaldes de los últimos 50 años, de la modernidad y la globalización "disque" en "Las Vegas" de mochileros y turistas de tercera categoría, que vengan a disfrutar de lo que en su patria no pueden tener y hacer sin consecuencias, ilegalidad, incumplimiento garantizado de la ley y un festival de la droga a bajo costo. Esto para los pobretones y lavadores de dinero sucio, políticos enriquecidos y los corruptos de toda laya, para los otros grandazos del capital internacional, la carta blanca para que den trabajo, mucho trabajo, mucho progreso de por vida, a adictos esclavistas y esclavizados por el disfrute consumista.
Así es que para ser peruanos hoy, tendríamos que conformarnos solo con los símbolos nacionales, pero resulta que están tan venidos a menos; para comenzar, nuestra querida bandera, la que amortajó el arrojo heroico, la juventud y honra de Alfonso Ugarte ha sido denostada irrespetuosamente hasta el hartazgo, por supuestas "lavadas" de la corrupción en público en la plaza de armas hasta por exhibicionistas vedetes de cholywood," Leisy" desnuda a caballo sobre el bicolor vexilológico, ante la indiferencia nacional:
Pero qué podemos pedirle a la autoridad de heráldica y blasonería, si sólo basta con darse una vuelta por la Municipalidad tradicional de Mirafores para darnos cuenta que "hemos recuperado el Liderazgo" y que "estamos cada día mejor", ya que en el friso del frente del edificio, construido por Don Gallo Porras, donde figuran escudos de los departamentos del Perú, en el frontis, el "escudo” de Miraflores está reñido con la heráldica representado por un exótico tulipán holandés y la quebrada de los baños de Balta, coronado con tres bolitas, diminutas balas de cañón, y la consabida frase de "Ciudad Heroica" que se ha extendido con demagogia por todo el país, para colmo superpuesto cual panel político sobre el pétreo escudo de piedra original que fuera adornado con relieves de luces neón.
Este es regalito de la dinastía de los Andrade, el gordo venido del criollazo Rímac, y del flaco, escapero victorioso por la ventana del baño de la embajada japonesa y otros alcaldes tristemente recordados por sus "delitos menores" de juventud, "Somos y Pepelmas" que hemos elegido gobernantes, que en verdadera repartija democrática han repartido el Parque Central en un sancochado de honores y tómbola, feria donde se mezclan el padre Valentín Alcalde, mi recordado confesor, el General Benavides, lustrabotas, fotógrafos de cajón, vendedores de butifarras, arroz con pasas y mazamorra morada, una ágora para la canción criolla, la recitación y el divertimento otoñal de la participación vecinal de la tercera edad, ¿y el siete de Junio y la jura de la bandera? La celebran en una "esquinita" frente al municipio, como si el alcalde tuviera flojera de salir a la puerta de su feudo.
Miraflores fue un campo de batalla y del Honor de lo más graneado de la juventud limeña contra el invasor chileno que nunca debe olvidarse y debe seguir siendo señorial, sobrio y sencillo, como lo fueron sus fundadores de las colonias extranjeras que le dieron origen, y en su corazón no puede permitirse el centro de reunión de peperas de la calle de las pizas, travestis del Downtown de la calle de los Pinos, y demás discotecas de ambiente.
Miraflores, la ciudad heroica está en deuda con Bolognesi y su bandera, que para ser nuestra debemos enseñar a honrarla, no podemos estar conformes con desairado busto del Titán del morro dando la espalda a la que fuera su plaza:
Que ha sido convertida en un ovalo para dar cabida al estacionamiento de las Brujas de Cachiche, el del festival de "langostas y camarones" políticos o al Mar de Copas y otros bares y restaurantes. Aquí se merece de cuerpo entero al héroe máximo del Perú, viril y enjuto como son las esculturas espartanas, hechas con el peculio de auténticos miraflorinos, sobre una cruz de Malta diseñada con abigarrados macizos de flores autóctonas blancas y rojas. Esa es mi ilusión y mi deseo, muchachos coetáneos de la promoción 28.
En el centésimo nonagésimo tercer aniversario patrio:
¡Feliz 28, promoción 28!