Esta vez los peruanos estamos como antaño, ilusionados, apurados, angustiados, llenos de exasperante soberbia de ignorantes, vanidad de "mononeurales" futboleros de siempre: jugadores, dirigentes, medios y aficionados en torno a un "batido de lengua" permanente, verdadero opio del pueblo, en víspera de lo importante, prepararnos para el acontecimiento mundial del fútbol con selección competitiva, para lo que es prioritario reflexionar sobre los reiterativos fracasos individuales y colectivos, con humildad y acto de contrición perfecta que nos lleve al "cielo" de un mundial que podamos ver en vivo y en directo, con esperanzas fundadas en Moscú y definitivas en Dakar, antes de entregar las herramientas, como dicen los campesinos sabios, viejos y trejos del norte, e irnos de espectadores al palco del cielo.
Así es que, a los que desde siempre fuimos del Sporting Tabaco, sin nicotina, y del Sporting Cristal, sin alcohol ni "pichicata" contemporánea, creemos en los "negritos", "cholitos", y "panes crudos" que dicen nos representan, que en su oportunidad hicieron amargar al propio füher en el mundial de Alemania, estamos seguros que existen los genes revueltos pero suficientes para ser Campiones que podamos admirar, como lo hacemos ahora de Alemania y contemporáneamente del gol de Götsel:
...Y mientras tanto en forma ilustrativa y didáctica analizar uno de los goles de Lobatón para sustentar nuestra tesis basada en que la calidad no es democrática porque no abunda, hay que saber cultivarla y encontrarla, estudiándola científica y generacionalmente en una élite representativa con los conocimientos y el rigor que da la ciencia como la física de los movimientos, la del texto de Resnick y Halliday, que me enseñara para mi bien estricto y odiado ingeniero catedrático, UNI-UNA, "Pajarito" Estremadoyro, con mucho sudor, lágrimas y amor propio por la camiseta y para con el amigo personal de mi padre, en el bien recordado Ministerio de Fomento y Obras Públicas, antecesor burocrático operativo y eficiente, padre de todos los ministerios juntos.
Por eso y muchas cosas más, con el humor de la canción a
esta altura de la vida, analicemos con fines ilustrativos uno de los goles más representativos de
Carlos Lobatón Espejo, la estrella del momento, de la mano de la física aprendida del capitulo de los vectores y del movimiento, en una dimensión y en un plano:
Si consideramos que para el caso no hay resistencia del aire
(una constante que habría que calcular sobre el terreno), que la cancha tiene
105 metros de largo, la circunferencia central es de 9.15 metros y que de la línea
de gol al fondo del arco hay 2.5 metros, del vídeo del gol, considerando las
dimensiones del terreno, tenemos que:
Componente vertical:
La componente vertical de la velocidad es:
Vy = Vsenθ (1).
V es la magnitud de la velocidad inicial,
θ es el ángulo del tiro respecto a la horizontal.
En la subida del balón, la velocidad vertical disminuye hasta cero, cuando el balón alcanza la altura máxima. Sea T, el tiempo que tarda el balón desde el tiro hasta la altura máxima.
Entonces, teniendo en cuenta que en el aire hay solo la fuerza de la gravedad:
T = Vy (2)
g
Donde g, es la aceleración de la gravedad, es decir 9.81 m/s².
Entonces, reemplazando (1) en (2) se tiene:
Componente horizontal:
Según las reglas de la parabólica seguida por movimiento del balón en el aire, bajo gravedad, el tiempo que tarda en llegar desde el punto más elevado hasta el suelo es igual al tiempo
que tomó desde el momento del tiro hasta el punto más alto. Así, el tiempo total recorrido desde el tiro hasta que el balón toca tierra es 2T, donde:
X = 2TVx = 2TVcosθ (4)
De modo que el tiempo que dura el viaje es:
Relación entre velocidad, ángulo de tiro y distancia de alcance del balón:
Igualando (3) y (5) resulta:
Vsenθ = X
9.81 m/s² 2Vcosθ (6)
De modo que:
V = √ 9.81X (7)
2senθcosθ
Si X = 67 metros, la velocidad es 26.5 m/s, es decir 95 km/h.
Ángulo de tiro para máximo alcance del balón:
Si se quiere que con la misma potencia de disparo el balón llegue lo más lejos, el ángulo de disparo tendría que ser 45 grados.
En el caso del mencionado disparo de Lobatón hubiera llegado a 71 metros, es decir fuera de la cancha, sin hacer gol.
Si esta es la esencia científica de la jugada del gol y de todos los goles, en el marco de la sociedad informática de la era del mundo digital, dominada por cuatro "ismos": inmediatismo, facilismo, fragmentarismo y superficialismo, no se necesita tener la inspiración del recordado Constantino Carvallo "rey de los Reyes Rojos", ni la excelencia de la pedagogía de León Trahtemberg Siederer, para darse cuenta que la tecnología de punta de hoy y del mañana para dominar los dichosos ismos, debe producir un programa cibernético de las jugadas de los goles sobre un universo de variables controlables con sus posibilidades, modalidades, peculiaridades, escuelas, equipos y estrellas del mundo futbolero que con la ayuda de la creatividad y adelanto de la robótica, cree los sparrings de entrenamiento del futuro inmediato. Para esto hay que reconocer y acudir a las personas que más saben de resultados del fútbol mundial, caso del español Julio Maldonado, "Maldini", todo un gurú que vale la pena consultar como la mejor fuente estadística, y por qué no, de paso, admirarlo:
Seguramente, como siempre se dirá que esto cuesta caro. ¡Claro
que sí cuesta mucho la perfección! La única "adicción" permisible y
benigna, pero es mucho menos costosa que el derroche de los últimos 30 años, en
entrenadores de lujo, sin tener "materia prima" , dirigentes sin otra
dirección que la suya, prensa narcotizada adicta y creadora del verdadero opio
del pueblo, y juventud desvalorizada, desquiciada y consumista, salvo honrosas
y laberintosas excepciones que confirman la regla.
Una excepcional técnica, ilustrativa de la persistencia y tenacidad que hacen posible la creatividad, es el caso de Waldir Pereira "Didi", inventor de la "folha seca", endemoniado toque que en tiro libre cambia intempestivamente la trayectoria de la pelota, traspuesta la barrera, descolocando al arquero asegurando el gol; tuve oportunidad de conocerlo, cuando fue entrenador del seleccionado nacional para el mundial de México 70 con el que concurriera a la casa de playa del Almirante Augusto Gálvez Velarde, gran marino y señor, presidente del Cristal, padre de Marilú Ciriani, mi prima política, ocasión en la que con la sencillez que lo caracterizara me confeso que su invento fue, como tantos, frutos del azar al producirse una lesión en la pierna y tener que probar por necesidad patear con el medio del balón. Fue así que depurada la técnica por la práctica, pasó a ser parte del acervo de la selección que nos llevó a los cuartos de final en el único mundial destacable hasta el momento.
Por lo visto, necesitamos como en muchos otros casos más, de la realidad nacional, donde el fútbol resulta una muestra representativa, pequeña élite dirigente, estadistas como el caso de Ángela Merkel, físico nuclear, interpretando a cabalidad el interés científico de su país, inclusive del deporte rey, un dirigente deportivo de excepción, que hable idioma común, que no sea de los huérfanos en el mundo en las ciencias exactas, que pueda señalar el norte a los dos próximos quinquenios, como un horizonte para crear una verdadera universidad del fútbol, que nos permita administrar los resultados sobre un muestrario de juventud auténticamente nacionalista, idealista, instruida y potenciada por la excelencia del saber hacer bien el gol con la técnica ilustrada y la práctica de la perfección.
Para nuestro caso hay que dar entera razón a los pocos, esforzados, prestigiados, ninguneados en la práctica, científicos peruanos. Comunidad científica sacrificada, verdadero baluarte del progreso, cuyo representante más conspicuo y batallador resulta ser el doctor, físico nuclear, Modesto Montoya, bien peruano y de los grandes, que lleva en su nombre de pìla todo un mensaje aleccionador a la soberbia imperante.
Se imaginan cómo sería esta otra historia, con una FPF dirigida por un profesional científico y no por un meritorio cortador de caña y por algún otro doctorcito engreído de la afición, alguien que además nos pueda ofrecer la novísima técnica de la electroestimulación muscular, un plus de rendimiento en la cancha y que no tenga por qué echarse en la mesa de negociación FIFA; ficcionen cómo sería el entrenamiento de delanteros y defensas en un simulador programado con juego electrónico de aplicaciones para verdaderos programadores del gol, atacantes y defensas graduados en el "expertise" de hacer goles, no es fantasía, es pura ciencia y constancia, árbol de raíces amargas y de los frutos más dulces.
A este propósito, la juventud de mi hijo dice con mediana razón y pragmatismo de su generación: "no vueles tan alto" que el porrazo va a ser grande, aquí no cuentan los resultados de quien gana y quien pierde, aquí todos ganan, este es un espectáculo circense, en que el azar es su ingrediente principal a gusto del "populorum" y pretendes quitárselo, este circo es mundial y multimillonario, se agitan pasiones, histéricos hasta se matan, vociferan y gruñen los hinchas por diversión, para beneplácito de grandes intereses del entretenimiento y distracción, nacionales e internacionales en forma, la mayoría de las veces "non sancta".
Haciendo votos para que el porrazo no sea tan fuerte, provisionándome de bastante árnica, persistiré en el intento para decirles que en otros lares la ciencia ficción ya tiene propósito y forma, la robótica y androides en el campo de juego ya están en el laboratorio y otras tecnologías revolucionarán el fútbol como podrán observar en el "futuro del fútbol", informe de la consultora Futurizon, radical trasformación por la tecnología en 50 años, de la manera siguiente:
Visto, oído y leído el futuro, nos preguntamos si nuestro querido "ciego" podrá finalmente ver, aunque sea con lupa o la ayuda del microscopio electrónico y no solo con dotes de mago de aldea, en perspectiva el verdadero camino a seguir, y si Gareca o quien sea el entrenador no nos haga consentir una vez más ilusiones vanas y más de lo mismo, para llevarse nuestras ilusiones y un puñado de dólares.