sábado, 28 de marzo de 2015

Un Pritzker 2015 para el gran Frei Paul Otto


El "Nobel de Arquitectura" de este año por primera vez fue póstumo por un día, el alemán Frei Paul Otto es el ganador de la cuadragésima edición del premio Pritzker, principal galardón arquitectónico del mundo.


Visionario utópico, para mí, sobre todo ecologista a ultranza, supo darle comodidad a las aves haciéndolas en cautiverio sentirse casi como en casa, en los aviarios que diseñó para los principales zoológicos del mundo en especial el de Múnich. Primero en los materiales ligeros, creador de la liviandad con arquitectura tensada, protector de los recursos naturales, fue generoso colaborador de biólogos, agrónomos y demás profesionales conservadores de lo natural.


Sus obras cual carpas abiertas a la luz y la naturaleza, contrastan con la arquitectura del neoclasicismo propio de la Alemania del fürer en la que a él le tocó vivir, gran honor y gran pérdida, dejando profunda huella al pasar a la posterioridad.

martes, 10 de marzo de 2015

Requiem in pacem para Chip


"Requiescat in pace", para ser purista y referirme en sentido estricto al hecho de descansar en paz, como lo hubiera dicho Francisco de Asís, patrono contemporáneo de los ecologistas, santo guerrero que en verdad amaba a los animales, y en donde seguro estará en su compañía y contemplación nuestra querida ardilla Chip, Sciururs Stramineus, ardilla sabanera de los bosques de Tumbes.



Olivar de San Isidro Labrador

Abogada de las causas justas y verdes de sus congéneres que todavía quedan en el bosque del Olivar de San Isidro y sus hijas que dejó en ésta, su última casa refugio de Miraflores.


Chip era padre migrante de la barbarie constructora, ruidosa, codiciosa y egoísta del bosque, único olivar declarativamente Patrimonio de la Humanidad, y "Monumento Nacional" a la incompetencia para en esencia conservarlo prístino, el que atravesaba en huida de refugiado temerariamente, cual audaz equilibrista sobre cables eléctricos de alta tensión, arcaico ajedrez usurario de la concesión a la empresa que "da más que luz" en sus recibos, un enjambre de endiablados cables aéreos que se entreteje y se entrecruza en las calles que unen el olivar con su familia y su nuevo hogar, un oasis de verdor en medio de una intrincada jungla de antiestéticos y a veces aberrantes edificios cuasi tugurizados por la codicia de la plusvalía del mercado inmobiliario, edificaciones que son verdaderos "callejones de blancos" según el argot popular, fruto de la ausencia de talento creativo en arquitectura que debió ser inspirada en el paisaje originario miraflorino, y ante la bazofia de desarrollo urbano creado exprofeso para albergar la prebenda y la corrupción municipal.


Tropel de "Búfalos de la modernidad"


"Dinosaurios amenazantes de la intimidad"



El amenazante martillo de Damocles

Este es el ambiente propicio para enriquecer a capitancitos de empresa de la modernidad "Juanes Lechuga, frescos como la hortaliza" en complicidad con farisaica autoridad municipal, que para el caso autorizó en ritual fraguado "estudio de impacto ambiental", una vez más de tantas, a JE Empresa Constructora, empresa de Lechuga, que hoy ocupa circunstancialmente la que fuera una calle tranquila en toda la cuadra, obras a granel, y a su discreción, descomunal y desproporcionado proyecto recontra ruidoso de escándalo.



Apocalipsis deconstructor, símil de música satánica de desadaptados de la subcultura (Sleepwell Deconstructor, de la agrupación Trap Them) en interminables 8 horas diarias, durante de seguro 9 meses para parir una mole de concreto, a no sé cuánto el metro cuadrado y a no sé cómo el kilo de licencia comprado en contra de todo lo ofrecido a respetar, autorizado pero incumplido e indebidamente fiscalizado, abusivamente impuesto por supuesto, en contra de los intereses de los pobres vecinos que quedan convertidos en auténticos invitados de piedra.

Por ello Chip no contó que no tenía ya cabida en el espacio público, ante un tropel de camiones, búfalos y hostiles grúas dinosaurias del proyecto de la modernidad, de 40TM que embestirían todo lo que encontraran a su paso con patente de corso e inclusive protección abundante, policial y del serenazgo bobo. Crujieron ramas de árboles y cables incluidos. Así, cayó nuestra ardilla artista del circo de la vida silvestre al pavimento:


Fue aplastada, y quedó cual funesto "sello municipal a la inopia de valores falsificados del Miraflores cada día mejor", un verdadero mentís a la palabrería de protección a la vida silvestre y del medio ambiente, sino también a la de la vida humana...

Esta es la verdadera situación en el codiciado y emblemático distrito donde se dice respetar el medio ambiente, tan celebrado en la COP 20 por tanto figuretti tanto internacional como municipal, donde se puede disfrutar un nuevo estilo de vida, donde la tranquilidad y la ecología resultan una refinada hipocresía, el formulismo en boca de burrócratas, hemiones interesados y sin pedigrí  de todos los pelajes, que se turnan en el poder, ayayeros áulicos de la partidocracia de doble moral que gobierna, auténticos asalariados del poder del dinero.

Vecinos verdaderos, cada vez más en extinción, hoy comulgan con ruedas de molino, tragándose el sapo una y otra vez con el pretendido voto democrático para que la "chola y mañosa democracia" gobierne con poder para realizar los más absurdos disparates en aras de la tan ansiada y cacareada modernidad, pretendido progreso con carga hipócrita, caballo de Troya de cambio y de estilo de vida, para un disminuido Miraflores "cada día mejor" para algunos poderosos intereses, que "recuperando el liderazgo", en la práctica, crece hacia arriba, hacia bajo y hacia cualquier lado, y a cualquier precio, o mejor dicho, al mejor precio de la corrupción, en pequeña, mediana y gran escala.

Desprecio a los primigenios vecinos sencillos y austeros condenados finalmente a migrar cual ardillas asustadas, para conservar su tranquilidad y paz como estilo superior de vida, buscando la residencialidad perdida del hogar, fruto generacional de esfuerzo honrado, que hoy apetitos voraces de lucro desenfrenado arrasan con el verdadero estilo de vida a conservar, preservar y mostrar al mundo, retrogradándolo a la existencia de barrios vulgares y silvestres, donde en los hechos se cumple la procacidad y la ley de la selva.

Un miraflores con minúsculas, cercano cada día más al sarcasmo alusivo a su nombre originario, la hacienda San José de Huatica, que significa agoreramente "Ciudad del mal Espíritu", origen ligado al degenerado deterioro del barrio rojo del Rímac en decadencia, procedencia de migrantes urbanos, estirpe hasta de alcaldes "criollazos" contemporáneos que han venido a hacer "su carrera política" lucrando con los  problemas verdaderos o ficticios para "resolverlos" con acriollada y pendeja manera de su vivir.


Ardilla mascota de Triberg

Hoy sólo nos queda esperanza que  los herederos de la ardilla Chip, cuando la barbarie cese, como tiene que acontecer, esperando la redención reivindicativa de su especie como sus congéneres, la ardilla roja de Lavaux, Cantón de Vaud en Suiza, la azul patinadora del condado de Volusia en la Florida, o la ardilla negra mascota del parque del Triberg en la selva negra de Alemania, sean el atractivo verdadero y no falsificado del distrito miraflorino, que en reminiscencia con su himno originario fuera romántico, sin achorado y acholado parque del amor, y noble, sin ridículos cartelitos de la dicriminación racial, de bravío y gallardo blasón, sin tulipanes inexistentes y adulterados como escudo, que siga siendo Reducto de los héroes en su original campo de batalla, honrrándolos en sus calles y plazas con respeto y sobriedad, siendo villa en su esencia de árboles y flores autóctonas, no importadas y exóticas de "estación" para inflar gastos y costos amañados de fungibles de los que no tener que dar cuenta, por una burocracia dorada mañosa, en fin, sin gatos capones, meones y pestilentes en el calcutizado parque Kennedy, que en otra época fundacional fuera el Parque Central sobrio y elegante, y que hoy convertido en el "primer parque ecológico"  hace agestar el seño al pobre Don Raúl Porras Barrenechea en el patio trasero del Palacio municipal.


Habría que preguntarse entonces, al estilo del recordado, don Sofo: Qué cacosmia gatuna y senil de alcaldes complacientes resulta ser: ¡El último homenaje municipal que soporta tan ilustre personaje!

Y es que los alcaldes del oligopolio gobernante de los últimos 30 años han sido agua de malvas, que para todo sirve y no sirve para nada; sólo han imperado los intereses por su carrera política, éstos son los que han venido perorando la protección al medio ambiente y la mejora de la calidad de vida de los miraflorinos, para muestra basta un botón.