El 18 y el 20 siempre han tenido una connotación de excelencia,
para mí en particular, tratándose de notas, he preferido el primero por
considerarlo más justo, y más estético que el segundo primarioso, engreído y
mofletudo veinte, no me puedo olvidar de un excelente maestro universitario que
me hizo “digerible” la Geometría Analítica, el “machazo Quiroz” que decía con
una soberbia de antología: “Después de Dios Quiroz, trece para el mejor alumno,
once para los demás, y si no están de acuerdo, alumno sal por el rectángulo de
la puerta si no quieres ser proyectado por el cuadrángulo de la ventana, él fue
el culpable de mi gusto por la estética de los números y sus figuras geométricas
y en cuanta construcción rural me ha tocado, la sobriedad de la línea recta, la
elegancia de la curva que casi me hacen sacarle la vuelta a mi “alma mater” por
la arquitectura, para beneficio del “box” del cuadrúpedo “Crispín”, la
maternidad de la marrana "Panchita", el galpón del gallo Rhode Island
Red que le sacó la mugre a un gallo Giro gladiador de polendas por meterse a su
corral. ¿Ingeniero? Porque tanta "chamba", tanto gasto, los animales
no saben de bonito o feo, dicen el gañan, mayordomo, capataz o peón, ¿así no? ...a
ver míralos, a esos ojos limpios llenos de cariño y agradecimiento por su casa
y el trato que les das... Ellos no saben de envidias, son rivales honestos, no
saben de mezquindades, traiciones, ni frivolidades de la raza humana, aprecian
la belleza por instinto, por algo nuestro Dios escogió nacer entre el calor de
un vacuno y del equino...
El sancochado del Jueves 18, como todo revuelto que uno hace
y planifica después ( y no al revés) resultó contrastante con la realidad, así
pasó con el aroma y el sabor del guiso del otro día que imaginé un "puchero"
en crisol de sabores y olores, pero el "samobar " y "buffet"
repartió los ingredientes “light”, en carnes, tubérculos y demás componentes típicos
y atípicos del sancochado criollo, sin olores y sazón, que todos conocemos,
seguramente ordenados por un "cheff " de cocina internacional para un
público cosmopolita de hotel "Thunderbirt"; así es que de nota,
raspando diría un 12 y el 18 de excelencia para los comensales que fueron 10. A
mí me tocó por azar el honor de estar a la izquierda de Percy Pool, cuya
entereza y coraje merece mi reconocimiento, y es ejemplo de vida y orgullo de
todos nosotros desde siempre, un feliz viaje Percy y un pronto retorno, no
perdamos la comunicación; a la derecha Lucho Caballero preparando viaje, Tancho
Vásquez en la cabecera muy lúcido y no "cabeceando", Jonhy Thornton, lo
más cerca del “buffet”, cuándo no... Fernando Chocano, que vino entre otras
cosas a ver quién escribía (menos mal que para algo sirve lo que hago, además
de masajear las neuronas), Carlitos Barrios, colega de la católica, "rey
del limón y el maracuyá"; Osquítar Ballón, mi ex vecino de la calle Roma, compañero
de juegos de la niñez, siempre "chic" dando la hora a la moda, Walter
Marrou, a quien le debemos tanto y por tantos años por la unidad de la promoción
y la pérdida del miedo al dentista, cerrando la mesa redonda el siempre compañero
afable Carlitos Sotomayor, con quien recordamos los secretos para hacer negocio
en tiempos de huracanes en la Florida.
El sábado 20 atendiendo a su grafía fue uno típico,
mofletudo, engreído, primarioso, y por lo tanto no tuvo derecho a nota, sin
embargo contra todo pronóstico, día de por medio del almuerzo del jueves, que
se suponía no asistiría nadie al consabido café, regresando de la casa de
Fernando Arrieta, que compartió conmigo unos berros orgánicos exquisitos para
una vitamínica ensalada, la "A" dio capote por "walkover" a
la "B", Julio Guerra y Eduardo Vásquez me desasnaron en un tema que me
confieso totalmente ignorante, el transporte urbano, cuya complicación y planificación
resulta apasionante, para un neófito sorprendido de la versación de mis profes coetáneos
y "amigos de la onca".
Así llego la una y "cada calancho a su
rancho".