El sábado "shabat marista", fue un encuentro cronometrado en la puerta del café, pues me encontré en forma precisa con una pareja de compañeros conformada por Julio Guerra y Raúl Almeida, y dentro desayunaba rico Eduardo Vásquez. Ampliada y conformada la mesa, llegó Luis del Solar, luego café, jugos, fuego cruzado de temas, se habló de todo y de nada, calistenia neuronal, catarsis emocional, piqueo apurado de recuerdos, ya era la una, "arrivederci" y chau... Regresar a nuestra fiesta de disfraces personal y a complacer gustos y disfrutes de la "media naranja" que nos acompaña, de los retoños, retoñitas, retoñitos y anexos; si yo fuera el psicoanalista y ojalá estuviera en el cuento Francisco Otero, les sabría decir con certeza si con este "sancochado de estrés" que hoy vivimos somos candidatos a una de esas enfermedades nerviosas de la modernidad que están de moda y son incurables, que pasan la factura y... ¡caballero nomás!
Por eso, y muchas cosas más, como dice la canción,
busquemos el antídoto con más buena compañía comprobada de coetáneos
amigos maristas.
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Comentarios:
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Fernando Talleri Pinillos:
Ernesto muy amenas las síntesis de las reuniones sabatinas, espero poder acompañarlos pronto, temas laborales me lo impiden por el momento.
Hasta pronto.
Un fuerte abrazo con todos.
FT.
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