Este sábado ha sido uno muy especial, aparte de ser justamente
"primaveral", porque el solsticio de invierno terminó y al menos en la
Molina hubo buen sol, que iluminó la reunión de auténticos Molineros,
donde como buenos sembradores experimentados que somos los de la
"Promoción diabla 666" (el ultimo 6 por ser todos sesentones de la base
6) estuvo muy concurrida y dio ejemplo de corazón y garra, no producto
de los efluvios de "un buen pisco y su chola a lado" como dice la
marinera de la Molina, sino que cerramos filas en cuanto a la defensa
del Campus Universitario de privilegiada ubicación, como en las grandes y
famosas universidades del mundo, que hay que preservar y defender en
esta ciudad convulsionada que vivimos, asediada entre otras cosas, por
los apetitos de usura de urbanistas mercantilistas y camaleones
políticos de todos los tiempos.
Es que el espíritu humanista Marista estuvo presente para proponer
agruparnos en torno a una "Fundación La Molina Corazón" sin fines de
lucro, que preserve los postulados de nuestra "Alma Mater" que no pueden
ser otros que los de nuestros fundadores Belgas, ingenieros Jorge
Vanderghem, Enrique Van Hoorde, Vitor Marie y veterinario Arturo
Declerck. Fuimos en "romería" al rectorado y en placas conmemorativas
resultó que entre la promoción 1966 y 1967, con 180 integrantes cada
una, "muertos y heridos", hay "quorum generacional", donde maristas y
marianistas tenemos la obligación de ponerle corazón Marista a la
fundación.
Repasando, cuando la ciencia genética prodigiosamente esta apunto
de clonar con células congeladas del Pleistoceno un "Mamut Lanudo" en
una universidad rusa con científico coreano; Nosotros: Thorthon, Guerra,
Talleri, Icasa, Camino, Parodi, Ferrini, Aramburú, Ureña, Ciriani, y
otros más... que sumen y no resten, debemos ponerle corazón a la idea de
la Fundación que nos devuelva al liderazgo científico primigenio.
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